En un mundo donde a veces el amor parece condicionado, frágil o pasajero, hay un amor que permanece inquebrantable, fiel y eterno: el amor de Dios.
1R 8, 27); y eso es verdad, a pesar de que en algunos pasajes del primer libro de los Macabeos «el cielo» es simplemente un nombre de Dios (cf. 1M 3, 18. 19. 50. 60; 4, 24. 55). A la ...
Precisamente, el Santo Padre escribe que “la presencia de Dios permanece cerca de quienes ... El tercer aspecto de la presencia de Dios en los enfermos es el del compartir: “Los lugares ...
“Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. Fue el cristianismo el que introdujo en la historia la distinción entre la autoridad del Estado y el ámbito de la f ...